“Venezuela no será más patrimonio de ninguna familia, ni persona”. Ezequiel Zamora.

La victoria del 20 de mayo, es una victoria en toda la línea, ideológica, electoral, institucional, republicana y popular. En ella nuestros y nuestras militantes de las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH) y los cuadros de dirección en distintos niveles, fueron vanguardia en la conquista de la victoria. 57, 3% de los y las votantes de ese día, lo hicieron por nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

            

El PSUV se consolida como la primera fuerza política de nuestra Patria. Eso nos compromete y obliga más con nuestro pueblo. Es por ello que celebramos la convocatoria a nuestro IV Congreso, que consideramos se debe iniciar con la elección de los delegados, delegadas y con un debate abierto desde las propias UBCH y CLP, hasta llegar a la plenaria nacional.

“El Congreso Socialista”, así está nombrado en el artículo 28 de los estatutos, “Es el máximo órgano de dirección (…). Tendrá como funciones la revisión de los Estatutos, los principios doctrinales, el programa y el seguimiento de los mismos”.

En tal sentido, este IV Congreso debe realizar en primer lugar la evaluación del cumplimiento del propósito con el cual fue creado el PSUV, el cual está definido en el artículo 2 de nuestros estatutos: “La construcción del Socialismo Bolivariano, la lucha antimperialista, anticapitalista y la consolidación de la democracia participativa y protagónica, mediante el reconocimiento y fortalecimiento del Poder Popular”.

Esa evaluación es pertinente hacerla en el contexto de una amenaza imperial de grandes proporciones y de escala mundial y debe aportar los planes concretos para emprender sin dilaciones las correcciones estratégicas y retomar el rumbo de la revolución en lo ético, político, económico y social, como lo ha planteado el Presidente Maduro en su discurso de juramentación, a través de las seis líneas de acción anunciadas.

En segundo lugar, consideramos necesario que el Congreso Socialista caracterice el momento actual del conflicto histórico y sus dimensiones principales, por ejemplo, Imperio contra Nación; capitalismo salvaje contra modelo Socialista Bolivariano; corrupción contra la ética revolucionaria; burocratismo autoritario contra el protagonismo democrático del Poder Popular, entre otras dimensiones.

En tercer lugar, estimamos que la máxima instancia de dirección de nuestro Partido debe concluir con definiciones y decisiones de corto, mediano y largo plazo, en los siguientes temas que nos permitimos proponer:

1. Rol y funcionamiento del Partido, en medio de un conflicto de escala mundial contra Venezuela, para preservar la Independencia y el rumbo del Socialismo Bolivariano.

2. Plan para la recuperación de la estabilidad económica, en el marco de nuestro Socialismo Bolivariano, considerando el momento histórico concreto que nos toca desarrollarlo.

3. Plan de lucha y sanción contra la corrupción y de formación en los principios que sustentan la ética humana, cristiana, socialista y chavista.

4. Plan para el fortalecimiento y expansión de nuestra relación orgánica con los sujetos protagónicos del Poder Popular; mujeres, comuneros, campesinos, pescadores, indígenas, servidores públicos, trabajadores, productores, profesionales, estudiantes y la juventud en todas sus dimensiones; como columna vertebral de la Revolución Bolivariana.

5. Plan para la defensa integral de la Patria, mediante el fortalecimiento ético y democrático de la Unión Cívico Militar.

6.  Política de alianzas, sustentada en la ética política, con todas las fuerzas que conforman el chavismo, y más allá con todas las corrientes revolucionarias y patrióticas de Venezuela, de Nuestra América y del resto del mundo.

7. Plan para un proceso de profundización de la democracia interna basada en el desarrollo de una cultura del debate de ideas, crítico, autocrítico y constructivo; en una política de formación y promoción de cuadros y en el ejercicio del mecanismo de elección directa, universal y secreta de los órganos de dirección, previsto en el artículo 5 de los Estatutos.

Yo valoro el patriotismo, el coraje, la lealtad, el espíritu unitario de la Dirección Nacional a la que pertenezco, de los distintos niveles de dirección regional, municipal, local, de los CLP y UBCH, de nuestros diputados, diputadas, constituyentes, legisladores, legisladoras, concejales, gobernadores, gobernadoras y alcaldes. Hemos cometido errores, pero indiscutiblemente hemos contribuido con el Presidente Nicolás Maduro al frente para que la Revolución Bolivariana se mantenga en el gobierno, tras cinco años del trauma histórico que significó la partida de nuestro Comandante Chávez.

            

Esta propuesta, cual es, elegir por la base las instancias de dirección del PSUV, la hago considerando que el Camarada Nicolás Maduro acaba de ser relegitimado por los votos del chavismo, no sólo como Presidente de la República, sino también como el líder de esta etapa de la Revolución, así lo interpreto. En consecuencia, creo justo que Tú compatriota, hombre, mujer y joven militante; que Uds. las y los constructores de victorias en el territorio, que han dado muestras heroicas de conciencia y madurez en estas difíciles circunstancias, ejerzan su derecho a elegir al resto de los órganos de dirección colectiva.

Parafraseando a Zamora, decimos que el PSUV no es el patrimonio de ningún grupo, ni persona. Nuestro Partido es la obra maravillosa de millones de compatriotas convocados por Hugo Chávez para construir un instrumento de lucha de nuestro pueblo.

Compatriotas ha llegado la hora de cumplir de manera inexorable la línea trazada por el Comandante Chávez, en el documento del año 2010 Líneas Estratégicas de Acción Política, “El Partido tiene que ejercer su función como “maquinaria electoral”, pero principalmente, como instrumento de transformación de la sociedad, desde los sistemas de dirección y gestión general del país”.

Nuestro compañero Presidente Nicolás Maduro necesita un Partido, con una dirección relegitimada; reunificado; repolitizado y con métodos renovados de conducción para enfrentar los grandes desafíos que tenemos que superar como pueblo. Sometamos a la soberanía de nuestra militancia, nuestros cargos y la evaluación de nuestro desempeño.

Seguiremos insistiendo en estos temas en el plano del debate político e ideológico, alejado como siempre de la diatriba personal o grupal estéril. Con nuestro Comandante decimos “Águila no caza mosca”.

 

Por el camino de Chávez, y no por otro, siempre venceremos.

 

Las elecciones del pasado domingo 20 de mayo de este 2018, celebradas en medio de una compleja situación económica, que impacta la vida cotidiana de la familia venezolana, y de una inédita, ilegal e injustificada agresión extranjera, significa una victoria en toda la línea de este duro combate que libramos por la Independencia y la autodeterminación nacional.

 

-Victoria del pueblo que salió a ejercer su derecho a la autodeterminación.

 

Es una victoria de la República, porque hubo elecciones, sus instituciones garantizaron el funcionamiento del sistema electoral de manera soberana, en medio de la amenaza y el chantaje imperial. Especial reconocimiento, merecen el Poder Electoral y nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela.

Victoria del pueblo que salió a votar, en medio de esta difícil situación, ejerciendo de esa manera el derecho a la autodeterminación nacional, sufragando libremente por la opción política de su preferencia.

Victoria en el plano de las ideas, del modelo Socialista Bolivariano de nuestro Comandante Chávez.  La mayoría de los que votamos y estoy seguro que buena parte del electorado opositor que no votó, no se dejó seducir por la engañosa oferta de la dolarización y el programa de ajuste del Fondo Monetario Internacional. La mayoría de los venezolanos y venezolanas, una vez más, derrotamos la propuesta neoliberal.

Victoria de la unidad de la pluralidad de fuerzas que conformamos el chavismo, logrando conquistar con ese espíritu unitario esta épica victoria. Especial reconocimiento a los movimientos de base del Poder Popular, por su conciencia y acción de todos los días, y los y las militantes de las Unidades de Batalla Bolívar Chávez de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), vanguardia de las victorias electorales.

-Victoria de la institucionalidad republicana que garantizó las elecciones.

Victoria del compañero Nicolás Maduro que, tras 5 años de ataques inclementes contra su persona, es reelecto democráticamente por el 68 % de los votantes. Victoria que logramos, por la estrategia de resistencia y acumulación de fuerzaque él diseño e implementó tras el revés electoral que sufrimos en el año 2015. Estrategia que tuvo su punto de inflexión positiva hacia esta victoria, el 1 de mayo de 2017, con su valiente y audaz decisión de convocar a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente, prevista en nuestra Constitución Bolivariana.

Como bien ha dicho el Presidente Maduro, no podemos dejar que nadie minimice esta victoria heroica de nuestro pueblo. Sin duda que debemos admirar la hazaña de más de 6 millones de venezolanos y venezolanas que votaron por la revolución, debemos reconocer a los que votaron en contra y estamos obligados a comprender las razones de los que no votaron. Debemos escucharnos todos y todas. Somos venezolanos y venezolanas.

Es una importante victoria táctica en medio de una confrontación estratégica, que debemos celebrar, pero no sobreestimar. Hay muchas cosas que corregir, el compañero Presidente lo ha reconocido, no estamos haciendo las cosas del todo bien. Hay mucho que rectificar de verdad y de manera profunda en la manera como gobernamos y como ejercemos el liderazgo de este gran pueblo, que merece lo mejor de nuestro esfuerzo y de nuestra vocación para el ejercicio eficiente, honesto y revolucionario de nuestras responsabilidades.

En ese espíritu de rectificación, el Presidente trazó seis líneas de corrección del rumbo: Una política de pacificación mediante un dialogo para la reconciliación nacional; la ejecución de un acuerdo productivo para recuperar la prosperidad; lucha renovada y  frontal contra todas las formas de corrupción; fortalecimiento y ampliación de los logros del Poder Popular; defensa de Venezuela desde todos los espacios y ratificación del rumbo del socialismo venezolano, en lo espiritual, en lo económico, en lo social, en lo político y en lo territorial.

 

-Con el pueblo, por el camino de Chávez, siempre triunfaremos

Estoy totalmente de acuerdo con esas líneas, requerimos reconciliación para garantizar la estabilidad democrática y la unidad nacional frente a la agresión extranjera; necesitamos recuperar y expandir la producción nacional (Pública, comunal y privada) para comenzar a superar la compleja situación económica; es indispensable desmontar el entramado de corrupción funcionarial y privada que está distorsionando nuestra economía y degradando la ética humana; tenemos que recuperar la confianza en el poder popular para salvar la revolución, el pueblo sí puede dirigir, producir, cogobernar y debemos tener conciencia que la contradicción principal hoy es Imperio contra la Nación y todo lo que hagamos, en el marco de la unión cívico militar, tiene que tributar a la preservación de la independencia y la dignidad de la Patria.

Especialmente, acompaño la ratificación que ha hecho nuestro compañero Nicolás Maduro, que es por el camino de Chávez donde debemos seguir andando, el camino de nuestro Socialismo Bolivariano.

Para ejecutar estas seis líneas, se requieren procesos de cambios en la conformación, organización y el funcionamiento del gobierno revolucionario en los distintos sectores y niveles; pero también se requiere una transformación de los métodos y estilos de dirección política en nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela y en el resto de las estructuras organizativas que conformamos esta gran alianza patriótica, democrática, popular y socialista que es el Chavismo.          

Sigamos unidos en tormo al programa histórico que nos dejó nuestro Comandante Chávez, para consolidar la Independencia nacional; lograr la erradicación de la pobreza mediante la construcción de un modelo social igualitarioseguir luchando por una Patria honesta, sustentada en una cultura del trabajo productivo; y continuar dando pasos hacia el florecer de una sociedad nueva, auténticamente humana, una sociedad socialista.

Es por el camino de Chávez y no por otro, que siempre triunfaremos. Dios mediante, así será.  

 

 

 

 

Sostuve una tertulia con varios amigos economistas, unos defensores del control de cambio, otros de la libre convertibilidad. Les digo a ellos que mucha gente piensa que con la oferta de dolarización hecha por Henri Falcón, el monto actual de sus salarios va a ser en dólar y van a poder convertirlos en bolívares, a la actual tasa especulativa. Me explican: “Según su principal vocero económico, Francisco Rodríguez, la dolarización  tendría una primera etapa de transición o “voluntaria”, sustituiría todos los bolívares a una tasa fija de 70.000 Bs/dólar, quiere decir que el salario mínimo actual, dicho por este mismo vocero,  será de 75 dólares mensuales y los precios de los productos se fijarían en dólares en la misma equivalencia, al igual que los servicios públicos, agua, electricidad, telefonía que se pagarían a precios internacionales, en dólares”. Saque usted su cuenta verdadera.   

          

Me siguen explicando mis compañeros economistas que luego de esa transición, vendrá la desaparición definitiva del Bolívar como moneda nacional, trayendo como consecuencia:

El Estado venezolano pierde su facultad de emitir dinero y por ende de implementar instrumentos de política monetaria, por ejemplo, en beneficio de la expansión de los derechos del pueblo como ha sido durante el periodo de la Revolución Bolivariana. El Estado no podrá desarrollar planes de inversión social masivos, como las Misiones y Grandes Misiones; no podrá sostener la educación pública gratuita; no podrá decidir incrementos generales salariales y de las pensiones; no podrá regular tasas de interés para los créditos de acceso a la vivienda ni para el financiamiento a la producción agrícola, industrial, mucho menos para el crédito personal, entre muchos otros “No podrá”.

Venezuela queda subordinada a la política monetaria de la Reserva Federal y a los intereses económicos y financieros de Estados Unidos de América, asumiendo estos la dirección de la política petrolera y minera, perderíamos así el control sobre nuestro principal ingreso nacional, palancas del desarrollo económico y social, presente y futuro,  de la Nación.

Se agravaría el rentismo petrolero, ya que el crecimiento económico dependería en su mayoría de un precio alto y constante del barril de petróleo o del incremento de mayores niveles de la deuda externa para poder mantener el circulante mínimo del “billete verde”, cuando haya caída de los precios petroleros.

En fin, concluyo yo, la dolarización no resuelve los problemas estructurales de nuestra economía, pero si desmontaría todo el sistema de protección social construido en Revolución, ya que esta política conlleva en su seno un plan de austeridad fiscal brutal.  Por cierto, solo aplicable en nuestro país,  a sangre y fuego, como lo hicieron en 1989.

Ahora bien, ¿Cómo salimos de este laberinto económico en el que nos encontramos, sin sacrificar nuestra independencia política, económica y el modelo social socialista que hemos venido construyendo?. Ganando estabilidad política con una masiva participación electoral;  desmontando las estructuras mafiosas de funcionarios corruptos y privados corruptores que hoy ocupan todos los sectores de la economía,  como la ha dicho el compañero Presidente Nicolás Maduro; logrando estabilizar el régimen cambiario; apuntalando con recursos e insumos una política focalizada de producción de bienes necesarios para satisfacer las necesidades más urgentes y abatir la especulación; con un nuevo esquema de subsidios directos a todos los bienes y servicios y la defensa de nuestro salario en bolívares. No será fácil, pero debemos librar esa batalla por la Independencia, para consolidar la paz y recuperar la prosperidad.

          

 

En estas elecciones, la  única candidatura que puede garantizar la superación de esta compleja situación sin perder nada de lo bueno que hemos logrado con la Revolución Bolivariana y Socialista, es la del compañero Nicolás Maduro. Por eso yo voto el 20 de mayo, para profundizar la lucha y retomar el sendero de la construcción de una sociedad donde quepamos todos con justicia, igualdad y dignidad. El sendero victorioso donde nos encaminó nuestro Comandante Chávez. Dios mediante, nuestro trabajo mediante así será.

 

Todos los poderes del mundo se han confabulado para negarnos a los venezolanos y venezolanas el derecho a la autodeterminación nacional, entendido éste como la capacidad de un pueblo en el ámbito de su territorio de elegir su propia forma de gobierno y decidir libremente su modelo de desarrollo económico, social y cultural.

- ¡Votamos por Venezuela!

A Venezuela, el derecho a la autodeterminación nacional no se lo regaló nadie, nos lo legaron nuestros padres libertadores, cuando en la declaración de Independencia de julio de 1811, plasmaron lo siguiente, y lo cito de nuevo:

“Declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España o de los que se dicen o dijeren sus apoderados o representantes, y que como tal Estado libre e independiente tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que sea conforme a la voluntad general de sus pueblos”.

Esa proclamación la defendieron y la conquistaron en los campos de batalla de nuestra patria y de toda Suramérica, con la firme determinación que expresa Simón Bolívar, en su discurso ante el Congreso de Angostura del 15 de febrero de 1819:

“Convencida Venezuela de poseer las fuerzas suficientes para repelar a sus opresores ha pronunciado por el órgano del Gobierno, su última voluntad; de combatir hasta expirar por defender su vida política, no solo contra la España sino contra todos los hombres, si todos los hombres se hubiesen degradado a tanto, que abrazasen la defensa de un Gobierno devorador, cuyos único móviles son una Espada exterminadora, y las llamas de la Inquisición”.

Con esa convicción bolivariana, a lo largo de 200 años, como pueblo hemos resistido, luchado y finalmente recuperado nuestra propia vida política a partir de 1999, bajo el liderazgo del Comandante Chávez.

Así lo dejamos plasmado en la Constitución que debatimos y aprobamos en 1999, donde ratificamos nuestra decisión de no renunciar, nunca más, a los valores de la doctrina republicana de Simón Bolívar:

“Artículo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional”.

De igual manera dejamos plasmado, en el artículo 5 constitucional, que una de las maneras de ejercer nuestra soberanía popular es el voto. Ese voto que, desde 1999, hemos recuperado como instrumento de transformación revolucionaria, de inclusión y de expansión de nuestros derechos económicos, políticos, sociales y culturales.

No hay poder en el mundo, que pueda arrebatarnos, ni condicionarnos el ejercicio revolucionario del sufragio.

Este 20 de mayo, yo voto por mi Patria, para seguir luchando y construyendo un gobierno como lo prefiguró Bolívar en Angostura:

“Un Gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad, y la paz. Un Gobierno que haga triunfar bajo el imperio de las leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.

Dios mediante, nuestra conciencia mediante, nuestro voto mediante, nuestra lucha mediante, así será. ¡Viva Venezuela!

 

Llevamos una semana de campaña electoral en paz. Nuestro compañero Nicolás Maduro se despliega como candidato de la Patria, mientras sigue gobernando en todos los frentes, avanzando en logros, conteniendo las agresiones contra la economía y contra nuestra soberanía. Acumula fuerza popular para alcanzar una gran victoria y poder enfrentar con mayor precisión los desafíos que la compleja situación que atravesamos nos impone.

 

          

 

Los principales candidatos de la oposición se despliegan con sus ofertas engañosas. Henry Falcón candidato del Fondo Monetario Internacional (FMI), enarbola la bandera de la dolarización y su inevitable consecuencia, un paquetazo neoliberal. Estemos claros, no nos llamemos a engaños, dolarizar es ceder la autonomía monetaria al Departamento del Tesoro de los Estado Unidos, y eso se traduce en congelación y reducción de salarios y pensiones, desaparición de la inversión social del Estado en educación, salud, alimentación, aumento de las tarifas de los servicios públicos a precios internacionales y pare Ud. de contar.

Por otro lado la oferta populista, de un pretendido mesías, que pretende cabalgar sobre la Fe cristiana que profesamos la inmensa mayoría de venezolanos y venezolanas. Como pueblo, históricamente, hemos sabido diferenciar entre nuestra profunda y honesta creencia en Dios, nuestro Señor, y el ejercicio de la política. El fariseísmo se estrellará contra la conciencia popular.

Ahora bien, todos y todas sabemos que estas candidaturas opositoras, al igual que las posiciones del bloque opositor abstencionista, son parte del mismo juego que se conduce desde la propia Casa Blanca, desde el gobierno de Donald Trump, gobierno constituido por una elite racista y muy belicista, que ha desatado una ofensiva de desestabilización contra todos los pueblos independientes de este mundo.

Frente a esa agresión superior, se impone que las fuerzas revolucionarias salgamos a batallar con ímpetu estos días que corren hasta las elecciones presidenciales. Debemos lograr una masiva participación electoral para preservar la independencia y la paz nacional, a la par que seguimos luchando por el carácter democrático, popular, ético, socialista y chavista de la revolución bolivariana y demandamos las profundas e inaplazables rectificaciones que se necesitan.

En víspera del 1 de mayo, día internacional del trabajador, debemos elevar nuestra conciencia de clase para contener la ofensiva restauradora del neoliberalismo en todo el continente. Venezuela es hoy trinchera de combate por la causa proletaria en el mundo. Vamos trabajadores y trabajadoras, con Gaitán decimos, “Siempre adelante, nunca atrás, que lo que ha de ser sea y que pase lo que tenga que pasar”. Vamos a vencer por el camino de nuestro socialismo y no por otro. ¡Vivan los trabajadores y trabajadoras del mundo!.

 

Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas - Esq. de Salas a Caja de Agua, Edif. Sede del MPPE,
Parroquia Altagracia, Dtto. Capital, Caracas - Venezuela, Teléfonos: (+58-212) 562.36.90 - RIF: G-20008026-4

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