Por allá en el estado Amazonas, en medio del tumulto, un abuelo azaroso me dice que la situación está dura, pero que hay “que echar pa’ lante, porque pa’ atrás es más lejos”. Tiene razón el viejo, es tanto lo que hemos recorrido que es mejor seguir abriendo el camino hacia el porvenir.

El camino del pueblo venezolano ha sido largo, a veces se abre, a veces se cierra, siempre culebrero, pero ya lo hemos aprendido a andar, tratando de evitar los errores del pasado, sin estar exento de ellos. El más peligroso de todos nuestros errores históricos, la guerra entre hermanos, estamos obligados a conjurarlo.

Por eso tenemos que celebrar este 15 de octubre de 2017, porque los compatriotas que hace tres meses apenas estaban en la calle con ganas de practicar la degollina contra nosotros los chavistas, están ejerciendo su derecho a votar y con ello reafirman que el espacio político electoral es el escenario para dirimir las profundas diferencias que tenemos en el seno de nuestra sociedad.

La votación del 15 de octubre, es también un claro mensaje de autodeterminación enviado a la “patota” injerencista encabezada por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica. Las diferencias entre venezolanos, las resolvemos los venezolanos y la inmensa mayoría queremos hacerlo de manera pacífica. Seguimos empeñados en eso.



Como cantaba Alí Primera, “vamos que la marcha es lenta, pero sigue siendo marcha, vamos que empujando el Sol se acerca la madrugada”. En estos días he comprendido muy bien esa estrofa, me la ha explicado el pueblo de las catacumbas en las calles, en las carreteras, en los barrios y en los campos, con su ejemplo de resistencia, con sus palabras de comprensión y esperanza.

La última de esas palabras me la dio un compatriota miliciano que manejaba un taxi destartalado, saliendo de San Juan de Los Morros: “Aquí voy Elías, a ver si consigo algo para comer esta noche, aguantando duro, pero echándole bolas, porque no podemos dejar perder esto, échenle bolas”. En eso andamos, Manuel.

Con Argimiro Gabaldón digo, “por ninguna razón me apartaré ahora de mi pueblo, él ha sido siempre el gran maestro de sus conductores, él me enseñará a servirle”. Sigamos la marcha, hasta la victoria siempre.

Era una madrugada de marzo del año 2001 en La Habana, mi primera conversación privada con Fidel. No podía perder la oportunidad, cuando ya asomaba el alba le pregunto: Comandante, ¿cómo era el Che?, me responde al tiro: “Un ser humano extraordinario”.


Sin duda qué extraordinario es aquel ser humano que se desprende de todo, hasta de su propia vida, para dejar un testimonio de amor por la humanidad. Ernesto Guevara de la Serna fue ajusticiado hace 50 años por órdenes de agentes del imperialismo presentes ese 8 de octubre de 1967, tras ser capturado en combate en La Higuera, Bolivia.


Che fue extraordinario cuando renunció a acomodarse en el poder, cuando predicó con el ejemplo, no mandar a hacer lo que no era capaz él mismo de hacer. Cuando se empeñó en demostrar que sí era posible construir un modelo económico no capitalista y no renunciar nunca a esa apuesta. Cuando practicó el internacionalismo de los pueblos. Cuando ejerció la sinceridad para reconocer errores y tuvo la conciencia para rectificarlos. Cuando se inmoló para dejarnos una bandera de lucha y dignidad, combatiendo “contra el imperialismo donde quiera que esté”.


Ernesto Guevara de la Serna, no siendo religioso, tomó la opción de Cristo por los pobres de esta tierra y se propuso hacer de su vida una escuela de formación en valores revolucionarios.


Por eso Fidel, en el memorable discurso del 18 de octubre de 1967, colocó al Che como modelo de revolucionario a emular: “Cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes… debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che!”.


Ernesto Guevara de la Serna, no siendo religioso, tomó la opción de Cristo por los pobres de esta tierra y se propuso hacer de su vida una escuela de formación en valores revolucionarios.


Por eso Fidel, en el memorable discurso del 18 de octubre de 1967, colocó al Che como modelo de revolucionario a emular: “Cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes… debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che!”.

Comenzó la campaña electoral para elegir gobernadores y gobernadoras. Decenas de candidatos y candidatas de la Revolución y de la oposición están en la contienda, mientras todos los poderes del mundo denuncian “dictadura en Venezuela” y nos amenazan, nos sancionan e intentan intimidarnos. Pierden su tiempo.

Es el mundo al revés, Julio Borges y su camarilla de diputados y diputadas, opositores y opositoras, son dueños de partidos políticos, más bien diríamos franquicias; participan en las elecciones regionales en marcha, tienen televisoras, periódicos y cadenas de radios enteras, que difunden y construyen sus matrices de opinión y desinformación todos los días, se mueven por el país y sobre todo por el mundo, y allá van a pedir, so pretexto de derrocar a la supuesta dictadura, bloqueo comercial, financiero y hasta militar.

Nadie le pague a Venezuela, nadie le preste, nadie le venda comida, medicinas o insumos para la producción. Hay que rendir a ese pueblo bravío por hambre, por agotamiento, vocifera el jefe de la supremacía blanca instalado en el despacho oval, y agrega iracundo, porque si no se rinden los voy a intervenir militarmente, los voy a castigar por rebeldes.

Ya lo decía Bolívar el 25 de septiembre de 1818, respondiendo por escrito a las amenazas del agente norteamericano John Irvine: “Por suerte siempre se ha visto en la historia, a puñados de hombres libres derrotar a poderosos imperios”. Por suerte hoy nosotros somos un pueblo más consciente del derecho a la Independencia, a la soberanía, a la libertad, a la igualdad y por eso, venceremos.

Venceremos fortaleciendo nuestra unidad nacional, profundizando nuestra democracia y el poder popular, restaurando la moral republicana y convenciendo con ideas y argumentos sobre la pertinencia histórica del proyecto socialista bolivariano que echó andar nuestro Comandante Chávez.

Nuestra primera batalla, frente a las crecientes amenazas de las élites mundiales y sus lacayos criollos, será este 15 de octubre de 2017. Un cañonazo de votos será la primera respuesta y el claro mensaje de este puñado, que somos millones de hombres y mujeres, del pueblo sabio y libre de Venezuela frente a tanta ignominia. Gloria al bravo pueblo.

La dirigencia contrarrevolucionaria, derrotada política y militarmente el pasado mes de julio, sin pudor apela a la intervención extranjera para derrotar a la Revolución Bolivariana. No tienen la fuerza moral ni política para ponerle término a un proyecto político, nacido de las catacumbas del pueblo y que fluye a través de la corriente histórica popular y libertaria indígena, afro, bolivariana, zamorista y socialista que se ha abierto paso dentro del lodazal de nuestra historia, para construir una sociedad igualitaria, solidaria, soberana.

Nunca antes, una fuerza política había sido tan lacaya a potencias extranjeras, ni siquiera la oligarquía que enfrentaron a Ezequiel Zamora y a Cipriano Castro llegaron tan lejos, y vaya que llegaron lejos en su entrega, como lo han hecho Julio Borges y su camarilla al vender la Patria por adelantado, para lograr restaurar el régimen de exclusión social que representan. Nunca antes una fuerza política había ofrecido de esta manera a nuestro pueblo en el altar de los sacrificios de las potencias imperiales. La historia no olvidará esta ignominia.

Nos quieren rendir, no nos rendiremos. Nosotros sabemos ganar y perder en buena lid, pero no sabemos rendirnos. Nuestra fuerza está en un pueblo gigante que resiste y avanza, que eleva su conciencia y su organización frente a las dificultades, que comprende la gravedad de la amenaza imperial, pero no retrocede.



Es un pueblo gigante y nos obliga a la dirigencia revolucionaria a ser gigantes en lo moral, en lo político, en la madurez de conducirnos con sentido histórico en este momento crucial de la República.

La Patria es el hombre, es la mujer y nuestra primera preocupación en esta batalla debe ser cómo salvaguardar la Patria, por eso decimos que la Patria es primero, porque la Patria es hoy un pueblo gigante empinado hacia el futuro.

Los dolores de hoy, los sacrificios de hoy, la lucha de hoy son la semilla de la Patria próspera que hoy abonamos con nuestra lucha por la dignidad y la Independencia.

La próxima batalla será el 15 de octubre de este 2017, serán votos patriotas contra la intervención extranjera, y ganará la paz y la Independencia. Pueblo mediante, Dios mediante así será.

El pasado viernes 15 de septiembre se cumplieron 18 años de la implementación, por parte de nuestro Comandante Hugo Chávez, de las Escuelas Bolivarianas. Programa educativo que rescató la concepción del Estado Docente, tesis del gran Maestro venezolano Luis Beltrán Prieto Figueroa, desechada en la última década del siglo 20 por el modelo neoliberal privatizador.



La Educación Bolivariana reivindica el papel indeclinable del Estado en garantizar la educación pública, gratuita y de calidad como derecho humano fundamental. Igualmente, persigue garantizar que nuestros niños, niñas y jóvenes sean formados en los valores republicanos de Simón Bolívar, que son la base de nuestra nacionalidad, y en los fines que como Nación hemos acordado en nuestra Constitución, la Independencia, la soberanía, la igualdad, la solidaridad, la justicia, la paz, la democracia participativa y protagónica y el reconocimiento a nuestra pluriculturalidad.

De igual manera, el programa de Educación Bolivariana concibe la Escuela como una integración de variables que contribuyen al libre desarrollo de la personalidad, en lo individual y en lo social. Para ello es necesario que además de la formación académica, los y las docentes tengan derechos laborales garantizados, que los niños, las niñas, los y las jóvenes reciban alimentación adecuada, practiquen deporte, desarrollen su vocación cultural, científica y en oficios prácticos, tengan acceso a las tecnologías de información y comunicación, desarrollen capacidades de liderazgo social y político, entre otras importantes áreas del saber y el hacer, como lo predicó el Maestro Simón Rodríguez, maestro de nuestro Libertador.


Más allá del debate político y social polarizado, que en la educación ha tenido el escenario para el desarrollo de falsas matrices a lo largo de estos 18 años, los resultados, además de ser cuantificables, pueden ser apreciados cualitativamente.

Logros a la vista, 18 años de paz en el magisterio y en los liceos, una generación que aumentó de talla y peso, una generación que brilla en todos los escenarios deportivos mundiales donde se presenta, una generación que canta, hace música, teatro, pinta, una generación que se asume protagonista de lo político y social, una generación que se mueve como pez en el agua en el mundo de las tecnologías de la información.

Hoy podemos afirmar, que hay una generación más consciente de nuestra historia, de nuestra diversidad cultural, de la importancia de tener una Patria, de la responsabilidad histórica de ser herederos y herederas de Bolívar y de los libertadores y las libertadoras de toda Suramérica. Misión cumplida, Comandante Chávez.


Ahora nos toca a nosotros. Los desafíos siguen siendo grandes, consolidar y expandir lo logrado, no permitir la reversión. Seguir luchando y formando para la calidad académica, cultivar con más empeño los valores de la convivencia pacífica, del reconocimiento del otro y la otra, sembrar en la conciencia colectiva la necesidad de una cultura del trabajo productivo y de la preservación ecológica, como fundamento de un modelo económico que nos permita producir lo que necesitamos como sociedad, para poder vivir con igualdad, justicia, dignidad y libertad.

Especialmente, hoy tenemos como reto que nuestro modelo educativo se convierta en el espacio para la restauración plena de la ética, de la moral pública, del valor de la honestidad y de la lealtad para preservar y expandir hacia el futuro nuestra República Bolivariana de Venezuela. Feliz inicio de año escolar 2017 2018.

Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas - Esq. de Salas a Caja de Agua, Edif. Sede del MPPE,
Parroquia Altagracia, Dtto. Capital, Caracas - Venezuela, Teléfonos: (+58-212) 562.36.90 - RIF: G-20008026-4

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