Esta semana que termina, la semana en que conmemoramos 5 años de la partida física de nuestro Comandante Chávez, ha estado llena de procesos y simbolismos que nos indican que estamos en medio de un creciente desafío para mantener, como lo escribíamos en el artículo anterior, citando a Chávez,  “el rumbo victorioso de la Revolución”.

-Es la hora de la innovación.

Decíamos  allí que en el mandato del 8 de diciembre de 2012, nuestro Comandante nos dejaba los principios claves que caracterizan nuestra revolución,  los recordamos: democracia nueva, pueblo constituyente, vía venezolana al socialismo, amplia participación y amplias libertades.

En el marco de esos lineamientos estratégicos la revolución bolivariana, tiene que adoptar acciones tácticas en medio de la agresión extranjera que promueve la desestabilización y la violencia política; agudiza las situaciones de abastecimiento, la escalada especulativa y vulnera los derechos sociales generando una comprensible angustia, zozobra, desesperación y frustración en una buena parte de la población y en muchos casos el quiebre del tejido ético. Pero también, de la compleja situación, ha florecido una vanguardia popular que crea, produce y lucha por ampliar sus espacios de participación en la solución de los problemas.

A partir de esa vanguardia se debe elaborar una táctica en lo político, que parta por ampliar y promover la participación en todos los niveles y sectores, el partido; la industria; el sitio de trabajo o estudio, el barrio; el campo; la comuna; las misiones entre otros.  Es necesario reconocer al pueblo como sujeto político en lo concreto, en el territorio y no como un cliente u objeto de la caridad, en lo abstracto. Eso es lo nuevo de la democracia revolucionaria.

Es la hora de liberar las fuerzas creadoras del pueblo, confiar en él, sólo él sabe lo que está pasando en la calle y donde rectificar.  Hay que escuchar lo que dice, hay que escucharlo con el corazón y los oídos.

-Una nueva cultura del trabajo para producir lo que necesitamos.

En lo económico, hay que dar un inmenso vuelvan caras hacia  la base productiva nacional en todos los niveles, como lo hicimos durante el periodo 2005 – 2010. Necesario es entender que la base material de toda riqueza en este mundo es la tierra y sus recursos, así lo reconocen todos los teóricos desde el liberalismo clásico hasta Carlos Marx.

Los capitalistas lo saben, por eso no es casual que en este momento hay una nueva ofensiva latifundista sobre los campesinos y campesinas, para desplazarlos de las tierras que recuperaron con la revolución agraria de Chávez. Tema sobre el cual alerto. Recientemente he estado en el Estado Portuguesa, atendiendo una denuncia del incendio de una escuela rural, en medio de un intento de desplazamiento violento al asentamiento campesino El Esfuerzo y otros vecinos.  Allí, además de corroborar la gravedad de las denuncias y actuar en consecuencia, pudimos verificar como la cultura rentística sigue viva, el negocio de la empresa que promueve el conflicto es la explotación maderera bruta para la exportación, es decir venden en el exterior los rolos de madera naturales, sin ningún valor agregado. Sin que se conozca que ingresen al país las divisas que obtienen por esas ventas.

Ahora volviendo al tema central que nos ocupa, nuestra táctica económica y mucho menos nuestra estrategia principal pueden ser promover el extractivismo y los mecanismos financieros como única fuente de nuestro desarrollo. Porque también lo dicen todos los clásicos de la economía, que a partir de la base material que es la tierra y sus recursos, lo que produce riqueza es el capital y el trabajo. En el caso del viejo Marx, es determinante el trabajo como creador de valor. En todo caso,  en la inversión y la acción humana de transformar dichos factores de producción está el origen de la riqueza de una nación.

Necesario es en esta hora de la República,  dedicar recursos financieros, esfuerzos y políticas a empujar las cadenas productivas agroindustriales, petroquímicas, farmacéuticas, metalmecánicas entre otras, así como al desarrollo de la innovación científico técnica.

La revolución ha financiado y construido una amplia plataforma industrial: grande, mediana, pequeña; privada, nacional, comunal y familiar. Hay que impulsar, apoyar y financiar a todos esos sectores, hay que masificar los créditos, hay que dedicar un alto porcentaje de las divisas, por más escasas que sean, a la importación de insumos y repuestos, mientras innovamos.

Solo con producción nacional, aunque esta sea intermedia por ahora, es que podemos dar soluciones definitivas al abastecimiento de alimentos, medicinas y a la normalización de los servicios de transporte y electricidad prioritariamente.

Se trata  de devolver a la familia venezolana la tranquilidad en su vida cotidiana.  Podemos hacerlo, ya lo hicimos en revolución en la primera década de este siglo.

-Volvamos caras a la producción nacional para mantener el rumbo.

Finalmente, quiero expresar que el momento táctico requiere de un celoso cuido de la unión nacional, de la unión cívico-militar, de la unión de los revolucionarios y revolucionarias, mediante el tratamiento político, diferenciado, adecuado y oportuno de las contradicciones y conflictos que una compleja situación como la actual genera.

La garantía de la Independencia nacional es la unidad de los y las patriotas. La principal responsabilidad de dicha unidad, es de la dirección política. Volvamos caras para mantener el rumbo victorioso de Chávez.

 

5 de marzo de 2013, cerca de las cuatro de la tarde, Hospital Militar, Caracas, Venezuela. El entonces Vicepresidente Nicolás Maduro, la compatriota Cilia Flores y mi persona llegamos al piso 9, nos ponemos a analizar escenarios jurídicos y políticos en un salón contiguo a la habitación donde se encontraba convaleciente el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro Comandante Hugo Chávez con familiares y personal médico. Entra el Médico, nos informa de una situación compleja, salimos al pasillo, en pocos minutos vuelve el doctor y directo nos dice lo que acababa de ocurrir a las 4 y 25 p.m. de aquel día. Falleció rodeado de compañeros y compañeras leales, amado por su pueblo y en su Patria. “Hubiese querido esta suerte para Bolívar” nos había expresado días antes.

 

Unidad, lucha, batalla y victoria.

 

Distaban casi tres meses de cuando, el 8 de diciembre de 2012, Hugo Chávez nos había dejado una ruta para transitar ese escenario que nunca hubiésemos querido que se produjera. En aquellas palabras nos informó de su decisión y nos hizo una solicitud:

 

“Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón.”

 

Le cumplimos desde nuestro corazón de pueblo noble, nuestro compañero Nicolás Maduro es Presidente de la República Bolivariana de Venezuela por elección popular y durante 5 años hemos batallado junto a él para defender el derecho a gobernar en paz que tenemos como proyecto histórico nacional.

 

El Comandante, junto a la solicitud de que eligiéramos a nuestro camarada Nicolás, también nos dejó un mandato:

 

“Y en cualquier circunstancias nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta Revolución, construyendo la democracia nueva, que aquí está ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades”.

 

Gobernar con el pueblo, siempre con el pueblo.

 

En ese mandato, nos deja definido el carácter de nuestra Revolución Bolivariana: democracia nueva, pueblo constituyente, vía venezolana al socialismo, amplia participación, amplias libertades. Allí están las claves para continuar “la marcha victoriosa de esta Revolución”.

 

Cumplir ese mandato depende de la lucha y el trabajo de todas y todos los que nos convencimos de las tesis revolucionarias del Comandante Chávez y junto a él sentamos las bases de una sociedad democrática, igualitaria, protagónica; del ejercicio real del poder popular originario; de la edificación de un modelo de economía mixta donde se reconoce la propiedad privada pero apostamos a la construcción de nuevas formas de propiedad y distribución en manos de la Nación y del pueblo organizado; y de una cultura del debate de la crítica y de la autocrítica como instrumentos del ejercicio de la libertad para identificar y rectificar errores; y expandir los logros que solo en revolución hemos conquistado como pueblo.

 

Hoy más que nunca y todos los días, en medio de la compleja situación generada por la grave agresión imperialista que demanda la unidad de los patriotas para preservar nuestra Independencia, no debemos dejar de hacernos la pregunta que Chávez nos hacía siempre ¿Dónde está el Socialismo?. Solo si tenemos la voluntad de responder a esa pregunta en cada acción, en cada política que desarrollamos, estaremos haciendo un auténtico esfuerzo por cumplir el mandato del 8 de diciembre de 2012.

 

Ratificamos en estas horas, de nostalgias y añoranzas, nuestro compromiso con la enseñanza chavista de no dudar acerca de la opción preferencial de esta revolución, la opción de Cristo, por los pobres, campesinos, campesinas, indios, indias, trabajadores, trabajadoras, comuneros, comuneras, productores y productoras nacionales, pobladores y pobladoras de nuestros barrios, por la muchachada de la Patria. Chávez te lo juro.

 

Por nuestra muchachada patria, venceremos.

 

En la coyuntura, vamos de nuevo a elecciones presidenciales el 20 de mayo de este año 2018, con el camarada Nicolás Maduro como candidato, porque seguimos apostando al perfil que de él hizo nuestro Comandante Chávez aquel día:

 

“Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera —Dios sabe lo que hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo”.

 

Vamos a trabajar duro para una victoria de la Patria frente a la ignominia extranjera y cualesquiera que sean las circunstancias posteriores, estamos obligados a profundizar la manera de gobernar que practicó y que nos indicó Chávez en su última alocución: “…dirigiendo, junto al pueblo, siempre subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta Patria”. ¡Venceremos!

El pasado jueves conmemoramos 199 años de la instalación del Congreso de Angostura y del doctrinario discurso de nuestro Libertador Simón Bolívar  ante el pleno de los legisladores, el 15 de febrero de 1819.

 

Grande nuestro Padre Libertador 

 

Sin duda que el Bolívar que escribe dicho documento, es un líder impactado por la rebelión social liderada por José Tomás Boves que acabó con la República en 1814 e influido por el pensamiento de los revolucionarios haitianos, donde había acudido en busca de refugio y ayuda  a finales de 1815 y principios de 1816.  Considero que por estas razones es que, entre otros aspectos fundamentales para la doctrina republicana de Venezuela, nuestro Libertador plantea el principio de la igualdad, como base de la Independencia:

“Mi opinión es,  legisladores, que el principio fundamental de nuestro sistema, depende inmediata y exclusivamente de la igualdad establecida y practicada en Venezuela”.

Bolívar, a esas alturas de la guerra de Independencia, tiene plena conciencia de que sin pueblo, indios, esclavizados y peones, no era sostenible la República.  La había visto morir cuatro años atrás bajo el fuego desvastador del odio social, contra los mantuanos,  por parte de esos sectores marginados.  El proyecto de Independencia, necesitaba la inclusión de todos los sectores para ser viable. Para tal fin, todos tenían que sentirse parte de los objetivos de la lucha.  Así lo sintetiza el Padre de nuestra Patria:

“Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslos así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas, las costumbres políticas”.

Más adelante enfatiza un principio fundamental de la doctrina Bolivariana, en lo adelante,  no puede haber libertad, si esta no es para todos:

“La esclavitud rompió sus grillos, y Venezuela se ha visto rodeada de nuevos hijos, de hijos agradecidos que han convertido los instrumentos de su cautiverio en armas de libertad (…) sabéis que no se puede ser libre y esclavo a la vez, sino violando las leyes naturales, las leyes políticas y la leyes civiles ”.

Y con la conciencia que se está dirigiendo a un cuerpo de legisladores, donde la mayoría de ellos son esclavos, asume la opción de Cristo por los marginados y les demanda:

“Yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República”.

Así se expresa un líder revolucionario, que ha comprendido a plenitud que sin igualdad, no hay libertad y que para que sea victoriosa una revolución el pueblo debe ser el sujeto y sus anhelos el propósito principal.

La misma claridad la expresaba nuestro Comandante Chávez, cuando nos imploraba, repetidamente,  a favor de los indios, por las Comunas, por los humildes, por el Socialismo, como por su propia vida.

 

Siempre con el #PuebloSabioYLibre bolivariano, triunfaremos 

 

El Comandante Chávez recoge el principio de igualdad social bolivariano y lo plantea como precedente de las corrientes del socialismo utópico, científico y nuestro americano, a despecho de los sumos sacerdotes del marxismo,  y lo sintetiza en su propuesta del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, nuestro socialismo. Un socialismo construido por los indios, los comuneros, los trabajadores, los pobladores, la juventud y no por vanguardias iluminadas.

Bajo la bandera de la igualdad social fue que los indios de Guayana, los esclavizados de la costa y los llaneros venezolanos llegaron hasta Ayacucho y sellaron la Independencia de toda Suramérica.

Con nuestro pueblo, siendo de verdad protagonista de la transformación revolucionaria,  es que los bolivarianos y bolivarianas  de hoy sabremos defender, ante la actual agresión extranjera,  el bien más preciado que nos dejó el Padre Libertador: La Independencia.

Hoy más que nunca debemos desechar el elitismo en cualquiera de sus manifestaciones, el reformismo o el vanguardismo, y tomar la opción preferencial  de Cristo, de Bolívar y Chávez por el pueblo. Solo así venceremos.

En víspera de la conmemoración de los 29 años de la rebelión popular del 27 de Febrero de 1989, conocida internacionalmente como el “Caracazo”, quiero reivindicar a un pueblo, al cual pertenezco, el pueblo venezolano. A ese cuero seco que somos, que si nos pisan por un lado por el otro nos levantamos, buscando el horizonte de una sociedad, donde al fin podamos caber todos y todas, con justicia y dignidad.

 

Somos el #PuebloSabioYLibre de todas las revueltas, rebeliones y revoluciones.

 

Larga ha sido la lucha, somos como la corriente de un río que siempre se mueve hasta que se enfrenta al mar, una y otra vez. No importan que las élites dominantes nos pongan diques para contenernos, no importa que los populistas, los engañadores de todas las horas, intenten desviar nuestro curso.

Somos el pueblo de todas las revueltas, rebeliones y revoluciones porque nos negamos a ser homogenizados, porque no aceptamos que nos traten como eunucos mentales. Somos un pueblo sabio que quiere ser reconocido en su diversidad étnica y cultural, en su anhelo de vivir en una sociedad más igualitaria, honesta y en su derecho a la autodeterminación de nuestro destino.

Somos el pueblo de los libertadores y libertadoras de Suramérica, somos los venezolanos y venezolanas y cuando se nos somete, se nos desconoce o pretenden burlar nuestras luchas, somos un volcán en erupción.

Ya lo advertía nuestro Padre Simón Bolívar, en el discurso de Angostura de 1819, no se puede proclamar la Independencia y mantener la esclavitud, porque si no un diluvio de fuego amenaza con venirse sobre nosotros. El lo había visto en 1814, con Boves al frente.

Ese diluvio de fuego, del cual advertía el Libertador, fue el que inundó las calles de Guarenas, Caracas y otras ciudades de nuestra Patria, aquel febrero de 1989, en la primera rebelión en el mundo contra el modelo neoliberal.

El pueblo no aguanto más que se le convocara a defender la “libertad y democracia” mientras, como lo reconoció uno de los padres del pacto de Punto Fijo Rafael Caldera, el 4 de febrero de 1992, “…la democracia no son capaces de darle de comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia, cuando no ha sido capaz de poner un coto definitivo al morbo terrible de la corrupción, que a los ojos de todo el mundo está consumiendo todos los días la institucionalidad”. Más adelante en su discurso el expresidente recuerda: “Cuando ocurrieron los hechos del 27 y 28 de febrero del año de 1989, desde esta tribuna yo observé que lo que iba a ocurrir podría ser muy grave. No pretendí hacer afirmaciones proféticas, pero estaba visto que las consecuencias de aquel paquete de medidas que produjo el primer estallido de aquellos terribles acontecimientos, no se iban a quedar allí”.

 

Venezuela es el pueblo de los libertadores y libertadoras de Suramérica. Somos un volcán en erupción.

 

Y en efecto no se quedó allí, en tal sentido nuestro Comandante Chávez, en memorable discurso en la redoma de Petare el 27 de Febrero de 2011, lo confirma como causa determinante de la rebelión militar: “ Hay que decir que el 27 de febrero aceleró, fue un disparador, un catalizador, la rebelión del pueblo nos impulsó aún más a los militares patriotas y el 4 de febrero del 92, 3 años después nosotros salimos fue a responderle al pueblo mártir del 27 de febrero de 1989”.

Son lecciones de la historia que algunos no aprenden, las dirigencias a veces devienen en “clase política”, en términos de Gaetano Mosca, es decir que su permanencia en el poder se convierte en un fin en sí mismo, se desconectan de la realidad y se auto justifican en sus desviaciones y no ven las hecatombes venir.

Las clases políticas se olvidan de construir hegemonía, es decir de convencer a las grandes mayorías de asumir como propio un proyecto ético y político, a partir de su inclusión y del pleno goce de sus derechos. Las clases políticas creen que pueden mantenerse indefinidamente en el gobierno a partir de juegos políticos engañosos, del populismo, del arreglo a conveniencia de la institucionalidad o de la represión. En Venezuela, esa estrategia siempre ha tenido patas cortas, porque el cuero seco se levanta, siempre se levantara. Lecciones de la historia, para que aprendamos y aprehendamos.

 

Los revolucionarios y las revolucionarias de esta patria siempre debemos escuchar a nuestro #PuebloSabioYLibre.

 

Por eso los revolucionarios y revolucionarias, nunca debemos devenir en una elite, sino gobernar, como decía Zamora, escuchando al pueblo, siempre escuchando al pueblo.

En Venezuela no hay pueblo que se deje engañar para siempre. Somos un pueblo sabio, libre y rebelde. A dios gracias. ¡Honor a la rebelión popular de febrero de 1989!, gloria eterna a los masacrados por las órdenes del gobierno neoliberal del Pacto de Punto Fijo ¡No hay pueblo vencido!. En las próximas elecciones, lo demostraremos.

 

En el artículo pasado analizamos el propósito principal del alto jerarca de la petrolera ExxonMobil, Rex Tillerson, que funge como Secretario de Estado del gobierno supremacista de Donald Trump. En tal sentido este agente imperial ordenó en México, más presión sobre Venezuela; en Argentina, un embargo al petróleo venezolano; en Perú, profundizar el aislamiento político al gobierno de Venezuela; en Bogotá, exigió medidas contundentes e instruyó, desde allí, a la oposición venezolana a no firmar el acuerdo político que garantiza a nuestro pueblo, la estabilidad política y económica necesaria para decidir nuestro destino en las venideras elecciones presidenciales. En Jamaica, parada final, ordenó prepararse para una gran crisis energética en el Caribe.

 

- Somos venezolanos y venezolanas, no nos dejamos intimidar.

 

En paralelo a la gira injerencista y belicista del Secretario de Estado, se pronunció el mismo Donald Trump, voceros del Departamento de Estado y la Unión Europea otra vez movió la colita anunciando más sanciones. Los falaces argumentos de todos, que en Venezuela no puede haber elecciones anticipadas y unilaterales.

Vaya cinismo, los mismos entes que desde 2016 pedían elecciones presidenciales adelantadas, nos amenazan y sancionan, porque en Venezuela habrá elecciones presidenciales en 2018, como corresponde para que se cumpla el mandato constitucional de iniciar un nuevo periodo presidencial cada 6 años, que esta vez corresponde a la fecha 10 de enero de 2019. Hablan de convocatoria unilateral a las elecciones. ¿Desde cuándo en nuestro país, los factores políticos tienen que acordar un derecho que nos corresponde a los venezolanos y venezolanas, elegir o relegir al Presidente de la República en el año anterior a la culminación del periodo presidencial?.

 

- Nuestra Independencia nos la ganamos en 10 años de heroicas batallas.

 

Como coralario, de la gira del Procónsul Tillerson, el personajillo Marcos Rubio, complementa la insinuación que ya había hecho el Secretario de Estado, y de manera directa llama a los militares venezolanos a contar con el apoyo de la comunidad internacional, si derrocan al gobierno de Venezuela.

Estemos claros compatriotas, no quieren elecciones, quieren violencia. Como lo afirmamos en el escrito del domingo pasado, el imperialismo no defiende intereses democráticos, nunca lo ha hecho, su propósito es ocupar y destruir a nuestra Patria, para consolidar su dominio geopolítico y energético.

 

- Nuestra juventud tiene derecho a un futuro de paz y prosperidad.

 

No nos dejemos intimidar, somos venezolanos y venezolanas. Frente a eso, estamos obligados, a unirnos para defender nuestra Independencia y el derecho a vivir en paz y con prosperidad que tenemos como pueblo. Para ello debemos trazar una estrategia, evitar la guerra y recuperar la prosperidad económica; y ejecutar una táctica, lograr, como nunca antes, unas elecciones de masiva participación popular, de plenas garantías para todos los que participen como candidatos, con acompañamiento internacional, en el contexto de las más amplias libertades, como lo pidió el Comandante Chávez en su último mensaje, el 8 de diciembre del año 2012.

Que el pueblo participe y decida, yo confió plenamente en el pueblo al que pertenezco. En esas elecciones, nuestro pueblo marcará el rumbo. Lo que él decida, en ejercicio de su sagrada soberanía, debe ser respetado por quien pierda y por quien gané. La Patria está primero.

 

Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas - Esq. de Salas a Caja de Agua, Edif. Sede del MPPE,
Parroquia Altagracia, Dtto. Capital, Caracas - Venezuela, Teléfonos: (+58-212) 562.36.90 - RIF: G-20008026-4

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